Una experiencia religiosa
Ya estamos en Jerusalén, es un miércoles por la noche, pero no un miércoles cualquiera no, es víspera de jueves, sí de Jueves Santo. Lo que eso significa en una ciudad con un sentimiento religioso tan arraigado, es algo que hay que vivirlo para entenderlo.
Llegamos como ya he dicho bastante tarde y nuestro primer problema fue encontrar donde dormir. La leche, acabamos agotados, ya habíamos pasado un día lleno de emociones, primero en Masada, luego en el Mar Muerto y después en la Gran ciudad buscando alojamiento. Por fín encontramos un hostal medianamente aceptable y allí nos quedamos.
Jueves Santo por la mañana, acontumbrados a unos días de andanzas a nuestro ritmo, nos encontramos con unas aglomeraciones propias de las rebajas de un gran almacén.
Quisimos entrar a ver el Santo Sepulcro y tuvimos que desistir ante una cola de espera que se calculaba en 3 ó 4 horas.(al día siguiente un sacrificado salió a las 5 am. para sacar las fotos del recinto del sepulcro antes de que abrieran) luego todos juntos a primera hora de la mañana nos dirigimos a conocer el Jerusalén amurallado, el de las 8 entradas.
Entramos por una llamada Puerta de Damascos y recorriendo las estrechas calles llenas de puestos de ventas de todo tipo (y policías), llegamos a la plaza en la que se encuentra el Muro de las Lamentaciones. Para entonces ya era la hora de los eventos religiosos.
Jueves Santo, Jerusalen y reunión de las tres religiones más representativas del mundo ya que había un "oficio" religioso en el que participaban juntos judios, musulmanes y cristianos.
Podéis imaginar el barullo que allí se formó. Era realmente impresionante ver a la gente.
Los cristianos de rodillas con la cabeza gacha y los ojos cerrados, los judios al besando el Muro y valanceándose con las manos juntas y las palmas hacia arriba, y los musulmanes también arrodillados con los brazos extendidos y tocando el suelo con las manos y casi con la frente.
Respetando toda esa manifestación de..., bueno no sé bien de qué, nos fuimos a visitar la Plaza de las Mezquitas.
Tuvimos un pequeño problema para entrar, ya que hacía muchísimo calor y nos obligaron a ponernos ropa que nos tapara los brazos y las piernas.
Todo valió la pena. Es impresionante, súper impresionante.
Nunca vi cosa igual: impresionante.
Lo mejor que puedo hacer es enseñaros algunas de las muchas, muchas fotos que sacamos.
Después de comer nos fuimos al Monte Scopus desde donde pudimos ver Jerusalen en todo su explendor; sacamos fotos y disfrutamos de unas vistas maravillosas.
Tras un día bastante agotador nos fuimos a un centro comercial a cenar. Tuvimos que pasar por un detector de metales y abri bolsos y las mochilas para al final cenar más mal que mal.
Viernes Santo.
Nos levantamos llenos de ganas de ir a todos los sitios y nos encaminamos al Monte de los Olivos,un lugar que para los cristianos muy significativo, para los demás es un lugar con muchos olivos y viñedos, bonito.
Luego fuimos a Belen y paseamos por donde se supone que nació y vivió de pequeño el Niño Jesús.
Era nuestro último día en Israel y teníamos que volver a por nuestro equipaje y llegar a la frontera para pasar a Jordania.
Elegimos una frontera muy alejada de Jerusalen para aprovechar un poco más de tiempo en la Ciudad Santa pues la que estaba cerca tenía unas tres horas de espera de media.
Pasamos las últimas horas recorriendo la zana nueva de la ciudad y nos sorprendió gratamente una exposición en plena calle. Había estatuas, cuadros y figuras varias preciosas. Ver fotos, fotos.
La estancia en Jerusalen fue algo digno de mención, vimos gente extraordinaria, monumentos impresionantes, policías, guardas, soldados y demás veladores por la seguiridad que daba bastante inseguridad. La verdad es que cuando se ven tantos y tantos hombres armados por las calles, te crea una psicosis de miedo que no sentimos en ningún otro sitio de los visitados. No es nada cómodo pasear con la sensación de que hay cientos de pares de ojos y más cientos de cámaras vigilándote todos y cada uno de los movimientos.
Después de recorrer medio Oriente en taxi llegamos a Amman.
Llegamos a las tantas al hotel del aeropuerto de donde nos echaron porque cuando estábamos pidiendo habitaciones, llegaron como 50 personas que se quedaron sin avión y nos dijeron que tenían prioridad por ley.
En compensación nos acercaron al aeropuerto y como hacíamos de jóvenes, dormimos en la sala de embarque y la día siguiente nos volvimos a España, que es la leche volver a España.
Llenos de cansancio, piedras, recuerdos y experiencias, volvimos a casa.
P.D.
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Jerusalen, la Ciudad Santa |
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Por Israel |
El Camino hacia Jerusalén
Después de los días impresionantes que habíamos pasado en Egipto, nos dirigimos a Al- Hijâz (Eilat), una ciudad que bien podría ser Coruña, bonita, alegre y ruidosa (al menos en el puerto), donde de repente te olvidas que estás en Oriente.
Allí alquilamos un coche y nos encaminamos a Jerusalén pasando por:
--Un lugar espectacular llamado CRÁTER RAMÓN, donde al llegar nos regalaron unos tubos de ensayo (no seáis mal pensados) para que los llenáramos con la arena de las montañas de los distintos colores y evitar así que el personal llenara botellas de agua enormes, ya que de lo que se trata es de traernos un recuerdo, no toda la montaña. Ahí quedan estas fotos.
--Siguiendo nuestro camino, paramos en un lugar llamado Evclat en el que había un oasis, con un acceso impresionante.
Allí pasé algo de miedo por sus escarpados precipicios, era de difícil acceso pero al llegar abajo aparecía un rio que no se sabía de dónde salía, en pleno desierto. Más que bello, era sorprendente.
--Masada, uno de nuestros lugares elegidos por su historia.
Masada es la montaña en la que se encuentran los restos del castillo de Herodes, sí, ése que decidió acabar con los primogénitos varones nacidos en los mismos días que Jesús, recordáis?
Subir al castillo fue un acto de fe. Ved cómo una caja de madera en un armazón de cuatro hierros subía casi hasta el cielo. Para mí que este rey quería estar cerca de las estrellas o tal vez sabía lo malo malísimo que era y no quería que nadie accediera a su casa. Mirad qué fotos! como para subir andando en un día de calor!
--Camino de otro punto sumamente esperado, pasamos por delante de donde los libros dicen que Rakel, la esposa de Lot, se convirtió en estatua de sal por ser cotilla y mirar hacia atrás para ver cómo acababa la fiesta de Gomorra y Sodoma, a pesar de que le dijeron por activa y por pasiva que no lo hiciera.
Seguimos mirando muy tiesos hacia delante, por si las moscas, y después de comer llegamos al... Mar Muerto!! !Guau!
Alucinante. Es como lo cuentan, te sientas en el agua como si de una silla se tratara, te puedes acostar y mirar el azul del cielo, puedes echarte de lado y dedicarte a pensar en qué cosas tiene la vida, mi madre, qué cosas!! Me hubiera quedado a vivir en el agua, de repentente sentí que pesaba 20 kilos menos! !Quiero volver!

Bien, después del baño y de hacernos un peeling con el barro negro del mar, algo que es como una tradición y que te deja la piel de un suave que ni te lo crees, nos encaminamos a Jerusalén, punto culminante de nuestro vieje a Israel.
Ya estamos en pleno Israel y ya se nota que la gente es como más seria, "rarita", viendo cosas como muchísima gente con armas, incluso llevando en una mano un fusil y con la otra agarrando a un niño de pocos años. Sí, es un poco rarilla la gente.
Jerusalén es un mundo.
Queda para mañana.
Nota: Si queréis ver más e impresionantes fotos, acceded a la galería de fotos en Flickr