Mis Estaciones

Está sentada ante el ventanal de su dormitorio, alli donde siempre acaba sentándose cuando tiene que pensar en algo serio, en algo que de verdad le importa.
Alli donde se sienta cuando lo que quiere es disfrutar de la hermosura de los árboles. Sentada allí observa desde hace años el cambio que cada nueva estación produce en los árboles, en "sus" árboles. Unos árboles que siempre le gusta mirar, pero muy especialmente en esta época en la que como cada otoño, se visten de colores que a ella le parecen unos colores que inspiran serenidad, sensatez, paz...Sentimientos éstos que ahora más que nunca le son necesarios.

Ve cómo los árboles se preparan para el invierno que se acerca. Cómo se despojan de todo aquello que no le es imprescindible y se minimizan para resguardarse de las futuras heladas.
Así le gustaría poder hacer ella. Querría encogerse, hacerse pequeña para que la pena, su invierno, no le rompa el alma. Hacerse chiquitita para que las preocupaciones no fueran un lastre tan pesado.
Teresa recuerda como cuando era pequeña acudía a su mamá, a su papá, o a sus abuelos, a los hermanos mayores, a los profesores. Acudía a todos aquéllos que la querían y le solucionaban los grandes problemas de su niñez.
Pero ahora Teresa está sola. Sabe que ha de ser ella la que solucione el problema que le está dejando sin fuerzas para vivir.

Se levanta de la butaca y mira hacia la cama. Allí está él. durmiendo relajado, feliz. Nada hay en él que delate un posible problema, un motivo de preocupación.
Mirándolo Teresa se pregunta si alguna vez él será consciente de que toda su vida es como un globo, hinchado pero hueco. Que dentro sólo hay aire, nada más que aire.

Tal vez él no esté pasando por lo que ella está pasando. Puede ser posible éso?
Puede ser que no se dé cuenta de que su relación ya no existe, que ya no hay nada que los una?
Teresa se ha quedado de pié mirando a su marido. Sigue siendo muy guapo, tremendamente guapo. Pero a ella ahora le parece un hermoso envoltorio pero sin nada dentro: Es como una hermosa caja con un gran lazo pero sin regalo dentro
Se siente triste por los años perdidos, por el tiempo empleado en amar a alguien que no se merece su amor. Alguien que no la ama, alguien que ni siquiera se ama sí mismo.. Ahora sabe que ha estado enamorada de una ilusión. Que quien ella creía que era, no existe.

Enciende un cigarro y vuelve a la butaca. Mira los árboles y piensa que ellos pronto perderán las hermosas hojas que ahora los adornan, que se quedarán desnudos, sus tallos vacíos. Pero cuando pase el invierno renacerán y en la primavera estarán de nuevo cargados de color, de flores, esperando que llegue el verano para ofrecer el fruto que en grandes cantidades se está ya germinando.
Ella ahora se siente en el invierno. Ha pasado su primavera, su verano y su otoño, todo ha pasado y el invierno se ha instalado en ella y no deja que las otras estaciones moren en su alma.
Teresa necesita el amor para vivr. Necesita sentirse amada y sentir que comparte su vida con alguien igual que ella. Con alguien generoso, amable, inteligente. Con alguien que sea como siempre había creído que era su marido.

Teresa ahora se siente vacía, nada es como ella creía que era. Siente que ha estado ciega, que no veía, o que sí veía pero se negaba la evidencia para no sentirse como ahora se siente.
Cuánto tiempo engañándome! Tanto tiempo dedicado a amar una fantasía!
Realmente no se siente orgullosa de su pasividad, por éso ahora necesita darle un cambio a su vida.
Él dice que todo está bien como está, que para qué cambiar nada, que es feliz así. Sí, él es feliz así, cómodo, egoista y sin querer ver nada.
Pero ella no lo es y está decidida a romper con esta monotonía., con este dejarse ir, quiere recuperar la autenticidad de su vida.
Para ello ha de separarse de todo aquéllo que ha formado parte de su vacía vida en los últimos años e iniciar una nueva vida desde la soledad.
Mira para los árboles y piensa que si ellos se renuevan cada año, llegará el día en que ella también se renovará y su vida tendrá sentido.
Vivirá el invierno acaparando fuerzas, vivirá la primavera germinando en su interior la semilla que en el verano será un fruto que llenará su vida para toda la vida.
Sí, ha de tomar las riendas de su vida, ser la madre que siempre soñó que sería.
No más inviernos eternos, no más otoños tristes.
Teresa tendrá un invierno como el que tienen sus hermosos árboles; será un invierno arropado con los colores tibios del otoño y lleno del sueño de unos colores alegres de la primavira.
Ya siente envidia de la estación, una estación puente entre la templanza del otoño y la alegre explosión de color y sonidos de la primavera espera .
Sí, cuiando pase este otoño, llegará el invierno que abrirá la puerta de la primavera.
Teresa desde su ventanal saluda a los árboles y les cuenta sus decisiones.

11 comentarios:

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

¡¡Pero qué arte tienes, Diana!!
Besos.

Verdial dijo...

Admirable la aptitud que ha tomado Teresa. Ojalá y todos cuando nos llegue la hora seamos capaces de hacer lo mismo.
Como bien piensa ya no están sus padres ni sus maestros para aferrarse a ellos. Cuando nos hacemos viejo, cuando morimos, estamos solos. Hay que tener un buen par para aceptarlo y afrontarlo.

No sabes como me ha gustado este relato.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Estas encrucijadas que presentas en el relato, son mucho más frecuentes de lo que se piensa; Teresa analiza, sopesa y proyecta cambios, los realizará? es dificil, cuantas veces analizó su vida? sopesó e hizo planes que fué posponiendo, dicen que nunca es tarde, para algunas decisiones casi siempre es tarde, pasa la ocasión, la situación adversa fragiliza, es casi un cículo vicioso, o quizás una espiral, el miedo a la soledad absoluta, aun estando sola, paraliza, aunque se sabe abandonada de cariño, tiene una dependencia. Mi visión es negativa, los árboles no le reprocharán su falta de decisión. Me gustó, un abrazo

Diana dijo...

Hola.
--Pabliño, eres la leche.
--Verdial, nada peor que sentirse solo en compañía, de veras.
--Fe. Tomar decisiones drásticas es muy difícil. Sentirse sola no es lo más indicado para decidir estar sola, pero Teresa tiene confianza en que las cosas le cambien si ella cambia. Esperemos que así sea.
A los tres un biquiño muy grande.
Diana

Sara dijo...

Muy valiente Teresa, olé por ella y sus decisiones, y esos arbolitos de testigos, puede haber mejor testigo?, a mi los árboles me cargan de energía positiva, cuando salgo al bosque , a la montaña me abrazo a ellos y es imposible de expliacr lo bien que me siento, me reconfortan, me trasmiten algo muy especial, me siento como la teresa de tu historia, segura de mis decisiones.
Teresa seguro que disfrutará de sus estaciones y hasta tendrá de nuevo a alguien cerca para poder compartir decisiones.
Que preciosa tu historia Diana y con lo bonito que escribes, pues nuevamente un placer leerte.Un placer.
Un abrazo muy fuerte muy fuerte con sabor a invierno pero esperando la primavera.Muackkkkkk

Sirena Varada dijo...

Toda una lección la que nos da Teresa. Es valiente; deja que su pensamiento sea libre y afronta sus sentimientos... Teresa es coherente.

Querida Diana, siempre tan delicada y profunda. Al igual que Verdial, este relato me ha gustado especialmente.


Un abrazo

nosecomosoy dijo...

Diana, de nuevo me atrevo a comentar uno de tus cuentos.
Es realmente loable que Teresa se anime a dejar atrás tanto lastre y que intente iniciar una nueva vida. Una nueva forma de vida que le haga feliz, que haga que se sienta acompañada, comprendida y que comparta su deseo de ser madre.
Olé por Teresa.
Un saludo y muchas gracias por dejar que todos leamos lo que escribes, que es maravilloso.
N.M.C.N.

josé javier dijo...

Uff, espléndida forma de contarnos las decisiones de Teresa, que además nos deben hacer meditar a todos...

Un fuerte abrazo, amiga mía, me tomaré una Copa a tu salud. J.J.

Diana dijo...

Hola
--Sariña, Jesús y el mar, Teresa y los árboles, cuando tenemos temas en los que pensar, decisiones que tomar, qué mejor que estos elementos transmisores de serenidad, energía y fortaleza?
Tú lo sabes, verdad?
--Sirenita, graciñas por tus palabras.
Teresa tardó en "ver2 cómo era su esposo, pero una vez que fue consciente de lo que había, seguro que sabrá lo que tiene que hacer y lo hará. Cuenta con la ayuda de sus queridos árboles y la influencia serena del otoño.
--NMCN.Gracias por pasarte de nuevo por mi blog, siempre serás bienvenida.
Sí, Teresa es valiente, ha tardado en decidirse, pero hará lo que debe hacer.

--J.J. Que sepas que espero que la "copa" te sepa a rayos y centellas.
Mira que sois rabudos, tres de tres!!!!!!! Os odio.
Un biquiño J.J.
Un biquiño para todos.

aaaa dijo...

siempre estamos eligiendo, continuamente estamos ante encrucijadas, aunque algunas nos hacen sozobrar.

bss

Layla - Noche Hermosa dijo...

Las opciones nos las damos nosotros mismos verdad Diana?...estoy de vuelta amiga. me alegra mucho leerte.

:)

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