EN SU DEDO.

HISTORIA DE UN ANILLO.

Soy un anillo, estoy en el dedo de María y esta es nuestra historia; la mía y la suya; la de los dos.

Aunque hace tiempo que ella me conoce, yo la voy a conocer hoy.

Mª fue a la peluquería, se hizo la manicura, se puso más bonita que nunca.
Hoy era el gran día, bueno, la gran noche; hoy por fin le ofrecería el anillo que ella había elegido; el anillo de compromiso.
Anillo que confirmaba su deseo de que fuera su esposa.
Mª se miraba la mano y estaba segura de que el anillo luciría muchísimo en su dedo
Estaba tan emocionada que llevaba ya dos días sin dormir, sin comer, hecha un manojo de nervios.
Así es María. Así era María.

Yo soy un anillo de oro, con una hermosa, aunque no muy grande piedra que se llama brillante.
En su día fui elegido para ser expuesto en el escaparate. Fue un orgullo para mí; era el centro de atención de todas las novias, presentes, pasadas y futuras.
Me fabricaron hace mucho tiempo. Mi pequeño brillante yo hacemos buena pareja. Eso es lo que yo siempre deseé.
Ahora ya tengo 25 años y llevo 17 con María.

Junto a varios hermanos me llevaron a una ciudad. No era ni grande ni pequeña. Pero era una buena y bonita ciudad.

Estaba tan orgulloso que no fui consciente de que me estaba quedando solo, todos mis hermanos estaban ya en la mano de alguna de aquéllas novias que me habían admirado. Yo no, yo me quedé y pasé de moda, yo fui relegado a un rincón al llegar nuevos modelos, más actuales y llamativos.
Pero no todo estaba perdido, María se acordaba de mí, recordaba todas las veces que había soñado con ser novia y llevarme en su dedo.
¡María! La dulce y soñadora María.
Hoy es el gran día para María y mi primer día con ella.

Él la ha llevado a que elija el anillo de compromiso y ella no ve nada que le guste, ella soñó con uno que ahora no ve.
-Señor, no le queda uno que tenía en el escaparate hasta hace poco?
-Pues no sé, veamos.
-No, ninguno de ´éstos, no tiene más?
Él dice: qué más da, seguro que el que tú dices es feo y viejo, elije uno de estos, son modernos y bonitos
-No, espera.
-Señor: no le quedan más?
Entonces es cuando yo, que ya había perdido toda esperanza de alcanzar el objetivo para el cual fui creado, fui visto por María.
-Éste, éste es el que quiero.
Él me miró y noté que no le gusté, pero como el comerciante dijo que era barato, pues había quedado olvidado desde hace muchos años, Él pensó que mejor, que al fin a al cabo ella era la que me había escogido.
Y, así pasé a ser el anillo de compromiso, el compañero inseparable de María. Llevo 17 años en el dedo con María .Mi buena María.

María estaba acabando la carrera de ciencias de la educación, soñaba con ser profesora desde que era niña. Ahora estaba a punto de cumplir otro de sus sueños

María era joven, inteligente, cariñosa con todos y feliz.
Estaba enamorada, comprometida y pronto se casarían.

Él también acababa este año la carrera de derecho y tenía grandes metas. Una de ellas era casarse con María.

Por fin habían fijado la fecha, se acercaba el Día y había que dedicar todo el tiempo a los preparativos.
María y su madre estaban inquietas, nerviosas; todo tenía que salir bien.
Qué orgullosa estaba María de tener una madre como la que tenía; la comprendía, la apoyaba y compartía con ella todas las ilusiones y las pequeñas preocupaciones de los preparativos.
-Mamá, este te gusta?
-Claro, hija, te queda muy bien, pero prueba este otro, es más juvenil.
Así todos los días, hasta que por fin se quedaron con unos pocos modelos
Juntas disfrutaban de todo, y se tomaban un cafecito al terminar el día. María era feliz.
Cuando María le enseñó a él los vestidos de novia elegidos para que le diera su opinión, María se sorprendió del poco entusiasmo que demostró, pero claro: Él era un hombre y no entendía de trapos. Aún así le recomendó el más serio, le recordó que iba a ser su mujer, la mujer de un futuro abogado famoso y no podía permitirse un vestido que hiciera que pareciera una cualquiera.
María aceptó la sugerencia y escogió uno muy serio. Igualmente estaba hermosa.

María y su madre hicieron la lista de invitados por su parte y cuando María se la enseñó Él le recordó que iba a ser la mujer de un abogado y que algunas de las personas que estaban en la lista debían de ser borradas, no eran gente recomendable para ser vistas en su compañía. María no lo entendía, pero pensó que él tendría razón, si él era un gran abogado, no podía seguir con los mismos y humildes amigos de siempre.
Esto le entristecía, pero ya le había dicho varias veces que él debía de cuidar su imagen, la imagen de un gran abogado.
Los días pasaban y ella soñaba. Soñaba con vivir en una bonita casa con jardín cerca de sus padres, con tener niños. Soñaba.
Él siempre decía: María, tu de éso no te preocupes; la casa es cosa mía, Además, nos trasladaremos pronto a Madrid, aquí no hay sitio para un gran abogado.
María se sentía triste, temía sentirse sola, no tener cerca a su madre, a sus amigos.
No quería estar triste, así que pensaba que no debía preocuparse de éso, que igual tardaban años en irse a Madrid o que tal vez nunca se irían.

Cuando María soñaba, cuando estaba preocupada, me daba vueltas y más vueltas en su dedo; así es María.
Otras personas enredan con el cabello, fuman, o comen, María me daba vueltas y me miraba
Cuando su hermanito enfermaba, no llegaba temprano o sus padres se enfadaban con él, María se preocupaba y me daba vueltas. Si su novio llamaba para decir que no podía venir, ella apenada me daba vueltas y vueltas.
Así era de aquélla, así es hoy, 17 años después.

Por fin llega el día, el gran día.
Después de un día de ensueño, de estar en una nube, se van de viaje, se van a unas islas en un viaje que Él ha programado. Es lo primero de toda su vida que Él programa, desde hoy, María ya no tendrá que pensar en nada; todo lo va a programar Él.
Él programa el piso que se alquila en Madrid, Él programa los hijos que tendrá, la ropa que llevará, las amigas con las que saldrá, las visitas a su madre, a quien cada vez ve menos.
María echa de menos a sus padres, a su hermano, a sus amistades de toda la vida.
María casi no tiene amigas en Madrid, sólo conocidos/as de su marido, compañeros de bufete con quien no tiene confianza.

Es el precio que ella tiene que pagar por ser la esposa de un abogado que va a ser importante.
Tiene que apoyar a su esposo, tiene que ser quién él desea que sea. Es su esposa.
María está sola, María me da vueltas y más vueltas y más que sueños, lo que tiene es añoranza.
Han pasado tres años y María espera un bebé. Cuando el bebé nace absorbe todo su tiempo.
Ya no se acuerda de su carrera, de sus sueños de enseñar, ahora tiene un niño y él recibirá toda su atención, todo su amor, todo su saber.

María vuelve a ser feliz. Dejará de estar sola, tendrá un bebé.

Su madre y su hermano están con ella, su papá ya se marchó, pero por unos días, todo volvió a ser como siempre.
-Mamá, qué feliz soy!
-Claro hija, ser madre hace feliz a cualquier mujer.
-Dime, cómo va todo en casa?
-Bien, hija, bien. Tu hermano este año entra en la universidad.
-Echo de menos la universidad.
-Bueno, cuando crezca Marcos, puedes hacer un curso de reciclaje, te vendrá bien estar con gente
-No, a Él no le gustaría. Él quiere que esté en casa y ahora más.
-Bueno, ya hablaremos cuando Marquitos sea un mocito
Y las dos miran a Marcos y se sienten afortunadas.
El tiempo pasa y María es la mamá de Marcos y la esposa de Él, no piensa en nada más.
Él decide qué se compra, a dónde se van de vacaciones, con quienes salen por las noches, Él lo decide todo, pero María ahora tiene a Marcos y es feliz.
Continuacion

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, creo que te gusta empezar todo lo que escribes con un "hola", así que yo te digo HOLA
No podía imaginar que este principio del cuento siguiera tal como sigue.
Te felicito, por lo que yo percibo, está súper bien enlazado .
Sabes que te leo siempre,eres muy amena.
FELICES FIESTAS!

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Chio dijo...

Coincido con el amigo anonimo, no pense que terminaria asì, en fin, hay finales inesperados todos los dias. saludos.

Anónimo dijo...

Mu gonito, Diana. Si no lo has leído, te recomiendo "El escarabajo" de Manuel Mujica Lainez.
Un abrazo.

Diana dijo...

Hola
Don Óscar, gracias por la recomendación. Lo anotaré para el otoño. Tengo que decir que ahora estoy leyendo unos libros que me tiene más que "enganchada"
No sé si los conocerás, el auto se llama Óscar Alonso Álvarez.
Los títulos de los libros son:
-El coleccionista de cabezas reducidas.
-Perdonen el percance.
-Y, 2050 kilómetros de palabras.
Se los recomiendo a todos aquéllos que quieran leer algo bueno y ameno en estas vacaciones.
A tí Don Óscar Alonso Álvarez, gracias por escribirlos
Desde Coruña recibe un cariñoso biquiño.
Diana

Anónimo dijo...

Uff, demasiadas flores me echas, Diana, demasiadas.
Un besazo.

Anónimo dijo...

María me recuerda una canción de Pasión Vega / María Se Bebe Las Calles...

un besito

ah!! Y no te preocupes que si decidiera ir a Coruña, te aviso ehh!! De momento imposible Diana, y muchas gracias por tu invitación. Eres un encanto.

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