De acampada

...tras La Excursión...


Ya los tres vuelven de recoger leña, de llenar las cantimploras. Han elegido el lugar donde harán la hoguera; lugar marcado por otra hecha antes.
Deciden dejar la leña en este lugar e ir a buscar a Marta y los macutos.

Llegan y se sorprenden de no encontrar a Marta junto a sus cosas.
Susana la llama y mientras Marcos y Jorge cargan las mochilas, decide ir hacia donde vio alejarse ya hace más de una hora a Marta.

Camina Susana ensimismada en sus cavilaciones. Piensa que Marta debe de ser un poco boba, que no es forma de comportarse, que si no colaboran con los chicos, se van a formar una idea equivocada.

Piensa Susana que no le apetece que su chico crea que se escaquea del trabajo, y Piensa que le gustaría estar con Jorge solas, que ya podía haber ido Marcos a buscar a Marta.

Pero, dónde se pudo meter Marta?
Hace más de una hora que se separó para hacer, qué dijo que iba a hacer? oh, ya.
Bueno, pues para eso no necesita ni hacer 10 kilómetros ni estar una hora...


Susana da la vuelta pensando que tal vez Marta se alejó por otro lado, así que se encaminó hacia donde quedaban los muchachos.



Ya los chicos llegan junto a la leña y posando las mochilas los dos amigos inspeccionan el lugar.

Les sorprende que la fogata haya sido hecha con tanto cuidado, con piedras de protección, con arena alrededor, con mimo en definitiva y, que a la vez hayan dejado las ropas, las mochilas y los utensilios mínimos de acampada tirados por los alrededores.

Es un pequeño descampado, llano, de hierba corta, cerca del río, con algunos árboles altos que le dan sombra. Un lugar realmente idílico.

No se extrañan de que, antes que ellos, otros decidieran acampar allí.

Sentados, esperan que regresen las chicas.
-Marcos, has traído el MP3?
-No, para qué? crees que te van a dejar escuchar música?
-No, tienes razón. Es que este silencio me impone un poco.
-Ya, de momento sólo se oye el agua, y aquellos perros de antes, pero no te preocupes, cuando ellas vuelvan y descansen, vas a desear oír el silencio: son unas cotorras.
-Mejor. Vamos a encender el fuego, venga.
-Sí. Oye, cuando ellas lleguen, nos van a mandar recoger esta porquería de ropa y papeles antes de cenar; verás.
-Bueno, luego merecerá la pena. Ésto es muy bonito. Sería una lástima que no lo cuidáramos.
-Va, mientras montas las tiendas yo recojo esto.
-Sí, a ver si las chicas nos premian...

Marcos se dispone a montar las tiendas y a atender el fuego.
Jorge bolsa en mano empieza a limpiar el entorno. Papeles, ropa, zapatillas de deportes y un montón de cosas más. Cuando ya empieza a hartarse de recoger encuentra una bolsita con papeles y un par de bolígrafos.
No puede evitar mirar qué más hay en ella y encuentra lo que parece un diario del vieje.

En circunstancia normales, nunca leería un diario, pero este estaba tirado, abandonado. Así que sin casi darse cuenta lo empieza a leer...

Marcos ya ha acabado de hacer las cosas y llama a Jorge, se aburre; las chicas no han vuelto y Jorge está parece que limpiando todo el Amazonas por lo que tarda.
-Jorge! Jorgee!! JORGEEEEE!!!
-Caray, no grites tanto, que no estoy sordo!
-Llevo dos horas llamándote. Qué haces?
-Oye, mira ésto. Es un diario. Debe de ser de alguien que acampó aquí.
-No deberías de leerlo.
-Porqué no? Está abandonado. Mira lo que pone:

[...]Hoy estoy muy cansado, todo el camino cargando de las dos mochilas otra vez y además esperando cada poco por Cosme, que tiene el tobillo muy hinchado y está taciturno.
Hemos oído ladrar a unos perros, algunas veces de forma bastante lastimera y otras como enfadados. No sé por qué, pero a Cosme esto lo tiene acojonado...


Luego habla de los trinos de los pájaros, del aroma de las flores y no sé que más cursiladas.
-Y éso te ha tenido tan concentrado?
-No, mira, hay más. Mira lo del día siguiente. Ven.

[...]Presiento que este viaje no va a ser tan entretenido como esperábamos.
Voy a encender el fuego mientras espero a Cosme, que lleva dos horas por ahí.


-No hay más escrito, es como si lo hubiera posado con intención de seguir y no pudiera hacerlo.
-La verdad es que suena raro.
-Mejor no le contamos nada a las chicas, vale? Y por cierto, por qué no han llegado aún? Llevan un año por ahí!



De repente Susana se da cuenta de que lleva mucho rato andando y que no ha llegado al campamento.
Cambia de dirección, pensando que se había olvidado que los chicos querían llevar las cosas más lejos, allí donde ya habían hecho otros una fogata, allí donde habían dejado muchas cosas rotas y sucias.

En este momento de sus cavilaciones, Susana siente que le desagrada la idea de acampar allí.

Camina y camina y de repente ve algo que le hace dar un respingo: la sudadera de Marta está enganchada en una zarzas, rota.

-MARTAA! MARTAAAA!!!

Oye un murmullo hacia la derecha y se dirige allí. Ve que hay un desnivel, no es un precipicio, pero está bastante bajo: el terreno presenta un cambio de nivel sin que se note hasta que ya estás casi cayéndo.

Ve allí a Marta, que está llorando, encogida, tirada en el suelo y con un brazo pegado al cuerpo, agarrado con la mano. No necesita fijarse mucho para saber que no lo tiene roto.

Susana no sabe qué hacer; no se decide a bajar ni a ir a buscar a los chicos.
Susana está asustada.
-MARTA! MARTA! qué te pasó?
-Me caí...
-Espera que llamo a los chicos...
-No, no me dejes sola, baja!

Al fin decide bajar ella a ayudar a Marta. Al llegar ve que Marta está como ida, algo atontada, dolorida y asustada.
-Qué te pasó?
-Me caí, eché a correr y no vi el desnivel.
-Porqué estás tan asustada?
-Creo que había un perro viejo detrás de mi.
-Un perro viejo?
-Sí...
-Y qué importaba éso?
-Es que me miraba, bueno, no sé, me asusté...
-Bueno, vamos a ver si puedes andar, sino que vengan ellos y nos ayuden.

Marta se pone en pie y tras un instante empieza a caminar y oyendo a lo lejos unos ladridos lastimeros, lentamente se dirigen a donde estará ya el fuego. Ambas desean llegar pronto y lo más rápido que pueden caminan de la mano hacia donde esperan encontrar la hoguera encendida y a los chicos aguardando.

Susana no quiere preguntar, pero la curiosidad la vence.
-Por qué te asustaste al oir a un perro?
-No lo oí, por eso me asusté: no lo oí.
-Oh...
-Estaba a mi lado mirándome y no lo oí.
-Marta, a ti te gustan los perros!
-Ése era especial. No era un perro normal.
-Oh...
-Bueno, ahora ya no está; vámonos!

Ya casi llegaban al campamento. El susto que se lleva Marta al no ver a los chicos!
-No están!!!
-Claro, boba, dijeron que cambiábamos de sitio, que pasaríamos la noche más cerca del río, en un lugar que han encontrado, un lugar en el que ya han hecho antes una hoguera.
-Pues vayamos rápido, no quiero estar más tiempo sin Marcos. Venga, vamos.
-Tranquila, que la que te has caído eres tú. Yo también quiero ver a Jorge y me aguanto.
-Perdona, tienes razón...

Y, mientras tanto ya han avanzado un buen trecho y se acercan sigilosas a donde los muchachos esperan sentados...

Sólo pretenden darles un pequeño susto y reír un poco. No entienden porqué no las han oído llegar.

Si bien pensaban en darles un pequeño susto, no estaban preparadas para el grito al unísono que ambos dieron. Fue tal, que ellas también se asustaron y gritaron.

Los cuatro gritos casi convertidos en uno, evitaron que oyeran unos ladridos cerca, muy cerca...

16 comentarios:

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Muy bueno...
Ahora todos sabemos lo que va a pasar.
Si yo siempre dije que los perros no eran de fiar, je, je.
Un beso.

MARNIE dijo...

Ay Dios!... qué no le pase nada a los perros.. qué no le pase nada a los perros...! jajajaja. Gracias Diana, gracias.!!!!!!!!!
Unha ducea de bicos..
Marnie (sigo en la esquinita)

Joha dijo...

Hola Diana, debo decir que los lectores de tu blog tenemos mucho que agradecerle a Vane por enseñarte a usar este invento. Te mando un abrazo y espero que pases a saludarme http://johanazuluaga.blogspot.com/

Sara dijo...

AAAYYY Dianina, no por favor!!!no me dejes así, a mi esta historia me tiene enganchada hasta límites insospechados, con la primera parte conseguiste que estuviera delante del ordenador con una cara...sin definir!!!y ahora en la segunda...que ansiedad me ha entrado, pero es que...por lo que veo hay una tercera, anda no seas mala!!publicala prontito, mañana mismo...que guay!!!
Un abrazo amiga

Diana dijo...

Hola
Como sigo de vacaciones tengo un poco de pereza para hacer cualquier cosiña, pero ahora me he decidido.
Pablo no seas malote, que estaban al calor de la hoguera, no había más humo.
Por cierto; porqué no nos dices lo que va a pasar?
Un biquiño Pablo y graciñas.

-Marnie, ahi tienes tus perros. De que sigan ladrando tienes tu la culpa.
Ahora tienes que cuidarlos, tienes que darles alimento, a ver cómo te las ingenias.
Un biquiño amiga desde la otra punta del mapa.
Graciñas a los dos .
Diana

aaaa dijo...

Diana! por cierto hoy me desperté como 2 hr antes eran las 5 con una pesadilla con perros. Y que conste que yo tengo uno...

Diana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diana dijo...

Hola
Joha Zuluaga, bienvenida a este picnic (mejor ni vamos de acampada ni hacemos excursión, te parece) pues lo dicho: bienvenida.
Ya he mirado tu blog y me ha gustado, te dejaré constancia de ello.
Por cierto, que está bien que menciones a Vane, pero no demasiado, me va a acabar derechos de autor si le decimos muchas veces lo bien que lo ha hecho. ...Y, qué bien lo ha hecho, verdad?
Un biquiño.

Sariña eres la hostia! Entre Marnie y tú la montáis parda. Os quiero.
Un biquiño desde Castellón, AÚN!
Diana.

Anónimo dijo...

He entrado en este blog desde el de un amigo que te tiene como preferido. Ahora que lo veo, que lo leo, no me extraña.
Es bueno.Bien bueno
Un saludo y gracias por tenerlo y contar estos post tan intrigantes
Carmen la de Málaga

Unknown dijo...

Pásatelo en grande en tus vacaciones!! Pero no te olvides de seguir escribiendo!
Le daré saludos a mi tía, muchos besos y disfruta del sol!

Anónimo dijo...

Diana te veo desde El Pais, caramba! lo heces muy bien.
Me he dado un paseo y he leído los dos de EN TU DEDO y me han encantado
Escribes muy bien. No dejes de hacerlo
Marcelo Madrid.

Anónimo dijo...

Hola
Diana soy Ana, de Santiago.
Se me bloqueó el blog, así que tengo que hablar conVanessa para que me ayude.
He leído De Acampada, carallo!, acabarás escribiendo una novela de campistas y canes.
Está cojonudo. Espero que tengas más en la reserva.
Hasta que vuelvas un bico.
Ana

Diana dijo...

Hola.

-Anónimo, gracias por tu visita, te será devuelta cuando me enseñes tu blog.

-Susanita, graciñas y un bico.

-Segundo anónimo, me alegra de que me visites y el que sea a través de El País, me parece bien, al menos tenemos algo en común.

-Ana, dónde metiste los dedos?
No te enseñaron a estarte quietiña?. Niña! Niña!
Bueno, seguro que La bloguería te ayuda.
A todos un montón de biquiños.
Diana.

Fernanda dijo...

Maravilloso Diana una vez más!!!! Qué bien sabes manejar el suspenso.
Me encantó!!!!
Besos

FERNANDA

Pipa Hidraulica dijo...

Yo creí que esto de la acampada era de indole secsual

Anónimo dijo...

Buenas tardes. He conocido este blog por ElPais y estoy leyendo algunos cuentos.
Me gustan mucho, son muy bonitos y buenos.
Un abrazo .
Antonio

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