SARA


Yendo a conocer a Sara (Momentos Decisivos)



Una vez más recorre un camino ya recorrido cientos de veces.
Desde hace 30 años, va de una ciudad a otra. Ha visto cambios en la carretera, en los caminos, pero el paisaje sigue siendo tan impresionante como hace 10, 20, 30 años. Se siente tan impresionada por la hermosura del camino como cada vez.

Valles verdes, frondosos, con árboles centenarios.
Montañas unas veces cubiertas de nieves, con nieblas que parecen darle la mano a las nubes o vestidas del colorido propio de la estación otras.

Llanuras que enseñan la riqueza de la zona, ya sean sus vides, ya sus frutales, que en flor ofrecen alegría y maduros alimentos.

Y así la ida, así la vuelta veces y veces a lo largo de los años.
Con estos pensamientos y otros va haciendo el camino, va llegando al lugar donde le espera una sorpresa.



Este viaje tiene un componente extraño, incierto: una cita a ciegas.

Va a conocer a Sara.

Sara, la que en sus comentarios, en sus escritos, se manifiesta como alguien lleno de bondad, de preocupación por todo el mundo.

Ya ha llegado, ya pasea por la plaza del pueblo donde se han citado. Ya ve cómo alguien le saluda con la mano, cómo con una amplia sonrisa la llaman por su nombre.
-Ana!
-Hola...

Se acerca, le da un abrazo y le pregunta:
-Cómo te ha ido el viaje?
-Bien, gracias.
-Ana, te presento a mi marido. Jaime, esta es Ana.
-Hola, encantado, me ha hablado mucho de ti...
-Hola, seguro que todo bueno y exagerado.

Jaime mira para Sara y suelta una risa franca, una risa que quiere decir: Ves, ya te conoce...

Y a Ana le dice,
-Sara es así.

Sara es así. Una frase corta que dice un millón de cosas. Mientras esto dice Jaime, mira a Sara con una mirada cómplice.

Pasadas las presentaciones, Ana mira a Sara y ve lo hermosa es. Ve que tiene los ojos más hermosos del mundo, que bajo unos leves cristales te miran y te dicen que son hermosos porque son el espejo de su alma.

Unos ojos que cuando Sara ríe, te transmiten la sensación de que los conoces de siempre, de que estás en compañía de alguien que te acepta.

Ya están en animada conversación, cuando se acerca una joven tan bonita como Sara, tan alta y de sonrisa franca como Jaime, no ha costado nada saber de quién se trata.
-Ana, esta es mi hija Belen.
-Encantada Ana, mi madre habla mucho de ti.
-Encantada yo, eres como tus padres!
-Sí, alta como la madre, guapa como yo...

... Dice el padre, comentario que hizo reír a todos, pues si bien el marido de Sara es un buen mozo, la que llama la atención por su belleza es ella.

Y... los cuatro se van a comer, los cuatro se cuentan cosas, anécdotas y demás visicitudes que hacen que las horas pasen sin apenas notarse.

Llega el momento de separarse, de prometerse con el corazón que se han de juntar más veces, que ha nacido una amistad.



Ana sigue su camino, son muchos los kilómetros que le faltan por recorrer.
Los recorre pensando que es afortunada por haber conocido a Sara y a su familia.

Los paisajes que van apareciendo, que van pasando ya no son tan espectaculares como los que ha dejado atrás, pero Ana los ve bonitos porque los ve con el corazón contento.

Sara, gracias por dejarme conocerte, por mostrarme a tu familia, por compartir conmigo unos momentos tan agradables, en compañía de tu familia.

Gracias.

14 comentarios:

Pablo Folgueira Lombardero dijo...

Una historia muy bonita.
A veces conocer a alguien en persona puede decepcionarnos, pero otras veces la experiencia es, simplemente, estupenda.
Y tú lo has expresado de manera perfecta.
Un beso.

Anónimo dijo...

La correctora oficial ha pasado por aqui.

Anónimo dijo...

Vale. Ya estamos de vuelta, querida Diana.
Un muxu.

Diana dijo...

Hola
Graciñas por volver, graciñas por venir.
Un biquiño.
Dian

Verdial dijo...

Lindos paisajes los que describes y que me llenan de añoranza.

Una historia muy bonita. También con final bonito.

Me hizo pensar que todos los encuentros deberñian ser así.

Un abrazo y un placer tenerte entre mis amigos.

Sara dijo...

Dianina!!!ains...que identificada me siento con esta Sara, jajajaja, porque será...que bien lo pasamos, que bonito encuentro, para la próxima que sea más largo y podamos hablar mucho más.
Gracias a ti por ser buena gente.

Un biquiño

Diancecht dijo...

Aún me voy a poner tierno y todo ...

Diana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Diana dijo...

Hola
-Diancecht, eres muy sútil, graciñas.

-Verdial, gracias por volver.Tu visita es muy grata. Te correspondo y es un placer.

Graciñas a los dos. Un biquiño desde Coruña.
Diana

aaaa dijo...

Que genial!!! poder conocerse... no? como siempre o cuentas maravillosamente. bss
Preparando la noche de San Juan?

Anónimo dijo...

Como siempre: hermoso, muy hermoso.

josé javier dijo...

¡Qué suerte por haberla conocido!
Yo espero algún día encontrarme con alguno de mis amigos de la red. ¡Olalá!
Un beso. J.J.

Diana dijo...

Hola
-Don Óscar Alonso, gracias, dos palabras que viniendo de alguien con la categoría literaria como la que usted tiene, son lo máximo.

-J.J
Sí, fue una suerte y un honor.
En cuanto a que te llegues a encontrar con alguno de tus amigos, pues...bueno, te deseo que lo consigas, seguro que es un encuentro lleno de satisfacciones.
Si algún día vienes a Galicia, no dudes en avisarme.
Un biquiño desde Coruña.
Diana.

Fernanda dijo...

Qué bonita historia Diana y como siempre tan bien contada.
Besos

FERNANA

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