Otra historia de mi viaje ( De Madrid a Andalucía )

Perdiéndome camino de Andalucía

He dejado Madrid y como una campeona después de treinta y dos vueltas, encontré la carretera que me llevaba a Andalucía pasando por...
Chinchón.

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Chinchón es un pueblecito cercano a Madrid que entre otras cosas tiene un castillo una Ermita, una gran Iglesia y la plaza más acogedora del mundo mundial. Al pasear por ella, sentí deseos de quedarme toda la mañana y parte de la tarde; no lo hice, tenía que seguir visitando el pueblo y los demás lugares que me había propuesto.
Después de ver su iglesia y recorrer el pueblo, me tomé un café en la plaza que me había enamorado y luego seguí camino hacia otro destino: Aranjuez.



Siempre había oído hablar de Aranjuez por dos cosas: sus jardines y por "El Concierto de Aranjuez" de D. Joaquín Rodrigo.
No pude escuchar el concierto, pero sí recorrer y admirar sus jardines y descubrir especies de árboles que antes nunca había visto. Visité el palacio y ¡cómo no! me dejó alucinada.

Al salir de "La Villa Real" (así llamaban los reyes a Aranjuez por ser a ella a la que se retiraban a "descansar" de la dura tarea de reinar) me dí cuenta de que iba conduciendo por la rivera del rio Jarama y recordé a los muchachos que desde Madrid se fueron a pasar el domingo en bicicleta y allí, entre la orilla del río Jarama y la cantina de D. Mauricio, vivieron la triste e intensa historia que D. Rafael Sánchez Ferlosio nos contó.


Con el recuerdo de El Jarama, seguí mi camino y otra historia, esta vez "La Historia" por excelencia de nuestra literatura vino a mi mente y, guiada por su recuerdo, me dirigí a un lugar de ensueño y sueño:
Consuegra.



En el entorno de esta pequeña localidad hay aún hoy en día algunos de los pocos Molinos-Gigantes con los que nuestro loco más querido y conocido se peleaba para salvar a su amada.
Recordé que en Valladolid había visitado la casa en la que D. Miguel de Cervantes y Saavedra vivió con toda su familia, la casa en la que esperó a que alguien se dignara publicar una historia escrita por un ex presidiario, en la que un loco enamorado se peleaba con los "guerreros" gigantes que daban vueltas y vueltas.
Viendo los viejos Molinos de aire y los nuevos Molinos de viento, me imagino lo que el pobre de D. Quijote pensaría si los viera. Si gigantes creía a los "pequeños" Molinos de cuatro aspas, qué horror no sentiría al ver lo verdaderamente gigantes que son los nuevos "gigantes" que pueblan nuestros campos.


Luego de ver el castillo de Chinchón, los árboles de Aranjuez, la rivera del Jarama y los Molinos de Consuegra, me encaminé a la A4.
Con esta puesta de sol remato mi primera etapa e inicio la segunda de mi viaje, pues ya se sabe que de Despeñaperros para abajo, es otra historia.

Andalucía, ahí voy; tiembla.

2 comentarios:

Sara dijo...

Bueno Dianitaaaaaaaaaaa, que te estás recorriendo toda España jamia jajajaja, deja algo para los demás.
Que no....disfrútalo a tope, embriágate de todo lo que ves, coge mucha energía de todas esas preciosas zonas que estás visitando, que ya lo tenias muy merecido.
abrazotedecisivo

Diancecht dijo...

Me encanta la plaza de Chinchón, con sus burros dando vueltas y sus agujeros en el suelo para poner las estacas de la plaza de toros ambulante

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